Fuego y furia: dentro de la Casa Blanca de Trump, de Michael Wolff,  es el libro que ya lleva una semana a la venta y encabeza de manera sostenida las ventas de Amazon, el puesto más codiciado del mundo editorial.

A pesar de los numerosos intentos de Donald Trump de evitar que el libro vea la luz y de insistir con que se trata de meras "fake news" (noticias falsas)- una de sus expresiones favoritas-, lo cierto es que el texto es un éxito y no deja de venderse y reponerse en los estantes de las librerías estadounidenses. 

El libro asegura que el multimillonario no quería ser presidente sino solo ganar popularidad para abrir su propio canal de televisión.

Además indica que Melania Trump lloró cuando supo que debía trasladarse a Washington y tener que convivir con él. Estaba harta de ser una ‘esposa-trofeo’, y es que el presidente de Estados Unidos. "presume de ella en público y habla de su físico, pero no la quiere".  Michael Wolff, el autor del libro, señala que Melania aceptó casarse porque “a los 27 años su carrera estaba acabada debido a su inexpresividad como modelo”. 

En el texto, se indica que durante los primeros años de matrimonio, y “a modo de agradecimiento”, Melania era sumisa, pero, finalmente, cansada de tantos desaires e infidelidades del republicano, ella  también acabó teniendo relaciones extramatrimoniales.

Además el libro habla sobre la familia Trump y destaca que Ivanka desea llegar a ser algún día la primera presidenta de Estados Unidos. Al parecer, su marido, Jared Kushner, tiene las mismas aspiraciones, pero la pareja ha llegado a un acuerdo de que ella será la primera en optar a la presidencia.

Las ambiciones de la hija de Trump no sorprenden, pues en más de una ocasión ha acompañado a su padre y desempeñado las funciones de primera dama. Un protagonismo del que no gozan sus dos hijos varones adultos, Donald Jr. y Eric, que aseguran sentirse discriminados por su padre, que además los trata en público como a tontos. Algunos colaboradores de Trump incluso llaman ‘Fredo’ a Donald Jr., como el hermano tonto de los Corleone en El Padrino.

El libro también  describe a Donald Trump como “una persona nada preparada para gobernar y muy inestable emocionalmente”. El autor asegura que incluso algunos de sus colaboradores dudan de su salud mental.

El presidente colecciona una serie de peculiares manías, como no dejar que absolutamente nadie toque sus sábanas, ni siquiera para sustituirlas. También quiso poner un candado en su puerta, pero el Servicio Secreto se lo impidió “por seguridad”.

Además el magnate, siguiendo lo publicado en el libro, sufre importantes problemas de concentración, consecuencia probablemente de pasarse entre 6 y 8 horas diarias mirando la televisión. En las reuniones siempre tiene una pantalla sin sonido de fondo en el que lee los subtítulos mientras se supone que está escuchando. Por si fuera poco, se niega a leer informes escritos y exige que se los cuenten.

En cuanto a lo que su dieta respecta, Trump bebe 12 bebidas de Coca Cola al día y solo toma comida del McDonalds, que compran para él de forma anónima por el “gran miedo” que tiene a ser envenenado.