Antonino Fernández fundó Corona y fue uno de los empresarios más prósperos de México y España; falleció a los 98 años y fiel a su estilo dejó en su testamento no sólo una fortuna para sus familiares sino también para los habitantes de su pueblo natal Cerezales del Condado. 

Semanas después de su muerte, un estudio de abogados de Madrid dio la noticia al centenar de familiares y sorprendió con los 200 millones de euros para los 80 habitantes del pueblo español. 

"No sé qué hubiéramos hecho sin Antonino. Solíamos no tener ni una peseta", recuerda Maximino Sánchez, dueño del único bar que existe en el poblado y que será uno de los beneficiados con el testamento. 

Bar del pueblo natal de Antonino (EL PAÍS)
Bar del pueblo natal de Antonino (EL PAÍS)

Antonino era el menor de 13 hermanos y nació en una familia muy pobre de la provincia de León, en España. Abandonó sus estudios debido a que tuvo que empezar a trabajar desde muy joven. Comenzó a trabajar en los campos de Cerezales hasta que en 1949 decidió migrar a México, con 32 años, invitado por un tío de su esposa para trabajar en el Grupo Modelo, según informó el Diario de León.

Trabajador y austero comenzó descargando cervezas  hasta llegar a ser el CEO de la compañía y crear la marca Corona que se hizo famosa en el mundo.