El proceso de impeachment a Dilma Rousseff que llevó a Michel Temer al poder es una sombra que sigue extendiéndose no sólo porque muchos consideran que se trató directamente de un golpe a la democracia e instituciones de Brasil sino también porque Temer sigue salpicado con casos de corrupción. 

En seis meses, seis de sus ministros se vieron obligados a dejar sus cargos por incompatibilidades  y la complicidad del mandatario es uno de los temas que no deja de rondar la agenda mediática. Según un sondeo realizado por el instituto Datafolha, divulgado este pasado domingo, se destaca que tan solo un 10% de los encuestados apoya a Temer, mientras que un 63% espera que renuncie antes de fin de año y que haya una elecciones presidenciales directas.

Con el caso del Lava Jato en Petrobras que no para de sumar nombres, se agregan las tensiones por el recorte en la economía y la posición de congelar el gasto público por las próximas dos décadas. 

En esta encuesta realizada el 7 y 8 de diciembre entre 2.828 personas de todo Brasil - y cuyo margen de error es de 2%- la popularidad de Temer no parece tomar carrera. Mientras para solo el 10 % de los ciudadanos la gestión "es buena", más del 51 % la rechaza.