Luego de que el Ejército sirio, fiel al régimen de Bashar Háfez al-Ásad y apoyado por Rusia, acusó este lunes a los  "grupos terroristas", la forma en que se llama a los insurgentes apoyados por Estados Unidos,  de haber aprovechado la tregua para rearmarse; los ataques no se hicieron esperar en Alepo. 

La ciudad, que recientemente estuvo en la mira internacional luego de conocerse la impactante y triste historia del pequeño Omran Daqneesh, vuelve a ser sacudida por las bombas. "Desde las seis (hora local) el bombardeo es intenso con todo tipo de armas", aseguró a Reuters un miliciano de una facción rebelde que contabilizó al menos 35 ataques. 

 La decisión del Gobierno de Siria de poner fin al alto el fuego llegó  mientras rusos y norteamericanos negociaban en Ginebra, a puerta cerrada, una extensión del mismo.

Los bombardeos también afectaron camiones de ayuda humanitaria según denunciaron diversas organizaciones que trabajan en las zonas más afectadas por esta guerra civil; que afecta directamente los dichos del jefe de la diplomacia norteamericana, John Kerry, que celebraba este lunes que ya se empezaba a ver "movimiento real" de ayuda para los más necesitados. 

La tregua, la primera en seis meses,  empezó el pasado 12 de septiembre, coincidiendo con la celebración del Eid el Adha, la fiesta del sacrificio; aunque no se sabe si finalmente podrá ser extendida. Mientras tanto, siguen cayendo las bombas.