El contexto es un típico triángulo novelero: el personaje de Castro tira el anzuelo con una bebida y unos masajes, mientras que Juanita -en disputa con la pareja del galán- se deja llevar por la situación y se abalanza sobre su amante.

Todo es muy romántico y caliente, pero enseguida los encuentra la tercera: antes de terminar con lo que habían empezado, la culpa y la tristeza interrumpen los deseos. Un culebrón bastante repetido.