"Si llegan los refuerzos, llegarán. Y si no, que me digan cuanto antes así empiezo a cerrar los grifos para que no se vaya nadie más. Tengo que confirmar un plantel para lo que viene cuanto antes", arrancó con mucha temperatura el entrenador de River, en diálogo con Radio Continental.

Luego, con el paso de los minutos fue relajándose. De hecho avisó que si Lollo y Bologna son los únicos refuerzos que tendrá, tampoco piensa en pegar el portazo. "Si no llegan jugadores, no pego el grito y me voy. Me manejo con cautela porque estoy donde quiero estar y cualquier excusa sería buena para irme. Intento arreglarme con un plantel que es bueno pero podría ser mejor", aseguró.

En plena pretemporada en Orlando, Estados Unidos, el técnico admitió que "River tiene muchas complicaciones para incorporar jugadores" y que "cuando se tiran nombres, algunos vivos intentan posicionarse para sacar ventaja".

Sin embargo, comentó que la mesura es lo más importante en este momento. "Tengo que estar tranquilo en cuanto a refuerzos, no puedo mostrar inquietud porque tengo un grupo de trabajo en el que me tengo que concentrar. Es una realidad: cuanto más rápido, mejor. No se puede estar esperando. Tenemos este tiempo (la pretemporada) para bajar una forma y una idea. Llegan sobre el el límite y empieza la competencia", indicó.

Sobre lo futbolístico y el rendimiento de su equipo en el último tiempo, opinó: "Es normal que después de todo lo conseguido haya un bache en el medio. Le pasa a todos los grandes equipos".

Por otra parte, Gallardo se mostró molesto por lo que pasó con Víctor Salazar, lateral derecho de Rosario Central: "Los jugadores no son esclavos de nadie. Yo no le cierro las puertas a mis jugadores si quieren irse a un lugar que consideran mejor. Yo pienso de esa manera. Hemos hecho una oferta por Salazar; después si la aceptan o no, es cuestión de los clubes. No me gustan los manoseos".