Ocurrió en la provincia de Chacho, en un partido del torneo Federal B entre el equipo local Fontana y Juventud Unida de Charata -2 a 2-, donde el mal arbitraje de Cristian Cañete, que perjudicó notoriamente al equipo visitante con varias expulsiones, desató la furia de los jugadores.

En lugar de calmar a los futbolistas, la policía provocó al equipo de Charata a los empujones, lo que desembocó en una violenta pelea con los efectivos en medio de la cancha.