El martes habló el representante de Brian Fernández -"Lo llevé a mil lugares…", dijo-, y este miércoles su novia, Araceli Fessia. "Nosotros estamos hace ocho años con Brian, pero venimos luchando con esta enfermedad fuerte hace tres años", dijo la mujer en nota con DSports Radio. 

"Estoy sobrellevando esto que siempre se nos termina yendo un poco de las manos. Llevamos muchos años con esto y creo que puedo sobrellevarlo bien", admitió Araceli. 

Sobre su supuesta desaparición

“La realidad es que no está desaparecido. Nunca estuvo desaparecido. Y en el caso que desaparezca en algún momento voy a ser yo la que informe a los profesionales para que salga a ayudarme. No estuvo desaparecido, tuvo unos días malos, pero no le perdimos el rastro”. 

Cómo fueron las cosas 

"Nunca le perdimos el rastro. Y si lo perdemos nunca pasó a mayores. Siempre estamos con nuestro grupo sabiendo prácticamente todo de él hasta que dice 'ayúdenme'. Y en este caso fue rápido. Pidió ayuda el sábado. Lo del auto, que se queda sin nafta, pasa el domingo al mediodía. Cuando está bien y cuando está mal, Brian no maneja dinero, no tenía para cargarle nafta. Me pide a mi, me envía que no tenía nafta y yo con mi grupo de tratantes decidimos no cargarle nafta y tampoco transferirle para que no continúe andando en el auto. Inclusive no es de él, la policía misma lo sabe. Preferimos que roben o prendan fuego el auto antes que lo siga usando y perderle el rastro o que desaparezca de verdad. Obviamente el auto quedó en un lugar que no estaba bueno y la gente lo intentó robar, quedó ahí roto. Un vecino lo vio y dijo que era el auto de Brian Fernández, y de ahí salió que era su auto. Ahí si se nos fue de las manos y salió que estaba desaparecido y que habían encontrado su auto todo roto. Todas estas cosas las trato con mi equipo y son decisiones que me ayudan a tomar ellos".

La enfermedad

"Esta enfermedad se trata de fuerza de voluntad y con el tiempo aprendí que yo sola, con mi nene, no puedo meterme en los lugares que él se mete con la gente que se mete. Pero sabemos quién le abre la puerta, dónde está en cada momento, quién le accede cosas y quiénes son las personas buenas. Hay días en los que su enfermedad ataca tan fuerte que no se deja ayudar y esos son los días que más se complica"