Marcelo Bonelli se corrió de su especialidad, que es decir barbaridades en asuntos políticos y empresariales, y habló de deporte.

Arriesgó ante un panel de tres periodistas deportivos, entre los que estaba Horacio Pagani, una fabulosa teoría de por qué Ezequiel Lavezzi no estaba en el predio de la AFA cuando el equipo médico de la FIFA realizó controles antidoping al plantel argentino.

Bonelli habló... y volvió a irse al carajo.