“Nuestro descubrimiento muestra que la intimidación sexual, una forma de coerción sexual en la que la violencia y el sexo están desacoplados temporalmente, puede ser común entre los primates que viven en grupos con varios machos y hembras, como los chimpancés y los babuinos”, indicó a Efe Elise Huchard, una de las investigadoras del estudio realizado por el Instituto de Ciencias de la Evolución de Montpellier, Francia.

Antes de iniciar la observación- que duró cuatro años- se pensaba que las hembras gozaban de una “libertad relativa” para expresar sus preferencias sexuales en este tipo de sociedades de primates. 

Pero tras el estudio notaron que en realidad las hembras fértiles de los babuinos chacma- en África- sufrían más agresiones por parte de los machos. 

“La coerción sexual puede, de esa forma, ser un importante factor en la relación entre machos y hembras en esas sociedades, y nuestro trabajo cuestiona el espacio de libertad que queda para la sexualidad de las hembras”, agregó la especialista y remarcó: 
“Es importante mencionar que no todo lazo entre macho y hembra es violento en los babuinos, por lo que la violencia no es sistemática en ese contexto”. 

Todavía no se terminó de definir si los machos son “estratégicos” o si reaccionan a “cambios inmediatos en su entorno social” al acosar a las hembras. “¿Es eso debido a la personalidad del macho o de la hembra? ¿Está relacionado con estrategias sociales? ¿Pueden ser los machos violentos con una hembra y amables con otra?”, son otras de las preguntas que surgieron entre los especialistas. 


EfeFuturo