En total, 19 voluntarios varones fueron quienes se sometieron al escaneo de sus respectivos cerebros: dos de ellos habían perdido su trabajo por consumir películas triple X en la oficina y otros cuatro reconocían que esos filmes los ayudaban a evitar prostíbulos y fetiches.

¿A qué conclusión llegaron los científicos de la Universidad de Cambridge tras analizar a esos 19 individuos mientras se los escaneaba mirando imágenes pornográficas? Hallaron similitudes con las personas que sufren dependencia de las drogas.

Con las imágenes de resonancia magnética determinaron que la pornografía activaba los mismos centros de recompensa que los que se agilizan en el cerebro de las personas adictas a las drogas, cuando están en contacto con su sustancia preferida.

La actividad se mostró en tres partes del cerebro: el estrato ventral, el córtex del cíngulo anterior y la amígdala, las mismas áreas que registran una mayor actividad en los usuarios de drogas cuando visualizan su objeto de adicción.