En la estación Windermere, de la ciudad estadounidense de Cleveland, un pasajero dejó a su bebé en un moisés en uno de los asientos y bajó a fumar un cigarrillo, pero a los segundos las puertas se cerraron y la formación arrancó.

La dramática escena quedó registrada en las cámaras de seguridad de la estación. En el vagón había solo dos personas, una de las cuales intentó alertar al padre, quien ya no iba a poder reingresar al tren en movimiento.

Finalmente tuvo que intervenir el personal de operaciones y la Policía, que ordenó el regreso del tren para que el bebé pueda reunirse con el padre.

La compañía de transporte informó luego que el maquinista recibió una sanción disciplinaria por mantener una "comunicación inapropiada", porque se determinó que no avisó a los pasajeros sobre la salida.