La idea de convivir con uno de los felinos más peligrosos de la Tierra puede resultar temeraria, pero tener una manada no puede ser más que una locura.

Sin embargo, la familia Borges no sólo vive con ellos sino que también los sientan en la alfombra mientras miran tele, los bañan y les dan una mamadera.

Aunque no todo es color de rosas ya que muchos vecinos e incluso el yerno de Borges no está nada contento en estar rodeado de estos tigres que aseguran que "tienen el instinto dormido" aunque suena poco creíble.