Todo sucedió en la impronunciable ciudad rusa de Nizhnevártovsk donde un oso pardo persiguió a un hombre que se encontraba hablando por teléfono en la calle.

El animal fue atrapado por las autoridades competentes y según informes no se trataría de un animal salvaje, sino de un oso domesticado que vive en una jaula en un hotel de la zona.