El hombre entró al subte y empezó a apuñalar gente generando pánico entre los pasajeros que generaron una avalancha para intentar escapar.

Cuando se despejó el vagón el hombre lo roció con un líquido inflamable y lo incendió.

Después de esto el hombre se sentó a fumar tranquilamente un cigarrillo mientras llegaba la policía sin soltar el cuchillo.

Cuando lo interrogaron el hombre confesó que buscaba matar a alguien para ser condenado a muerte.