El avión estaba sobrevolando el Aeródromo Sibson, en Cambridgeshire, Inglaterra, cuando el piloto llamó por radio para dar la alarma al no poder desplegar su tren de aterrizaje.

Después de girar en círculos por 20 minutos, para quemar el combustible y evitar mayores riesgos, el hombre decidió descender de la manera más suave posible.

Bomberos y ambulancias ofrecieron apoyo en tierra pero el piloto sorprendió a todos.