La mujer estaba con un grupo de personas pero ninguno de ellos tenía barbijo por lo que en la heladería Grido del barrio Trapiche les pidieron que salieran porque por protocolo no los podían atender sin el tapaboca.

Después de pensarlo un poco la mujer se envalentonó, se sacó el vestido, quedándose en ropa interior y se puso el vestido a modo de barbijo pero los empleados de la heladería le pidieron que se retirara.

El hombre que estaba con sus hijas tardó varios minutos en recuperarse y elegir sus sabores preferidos.

Según algunos testigos del hecho finalmente una de las personas del grupo de la nudista consiguió un barbijo prestado pudo adquirir los once cucuruchos que estaban buscando.