La situación es bizarra por donde se lo mire y por eso se extendió como reguero de pólvora por las redes sociales. Basta con ver el estado de ebriedad de los hombres que protagonizan el beso para percibir que los ánimos estaban alterados y que cualquier cosa podía romper la tranquilidad de la fiesta.

Lo que nadie esperaba es que lo que disparara el escándalo fuera el beso que el padrino le da al novio en pleno baile de la fiesta de casamiento.