Sucedió en un barrio de la ciudad de Atlanta, en Estados Unidos, donde dos agentes terminaron empapados luego de intentar frenar una multitudinaria guerra con pistolas de agua.

En determinado momento, uno de los policías se bajó del patrullero para intermediar con la gente, pero antes de decir una palabra ya lo habían mojado por completo.

Ante la imposibilidad de detener la guerra, los agentes debieron dar la vuelta y marcharse del lugar.

Las peleas más impactantes entre policías y detenidos

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