Es tan llamativo encontrar una nena que no compre las historias maravillosas, donde las princesas son felices por siempre con el príncipe salvador.

"Las princesas son boludas, siempre esperan que el príncipe hagan todo. ¡Que la pibita haga su parte!", exclama en esta declaración de principios.

Si bien, el ejemplo de la película "Mulán" es bien gráfico para argumentar su idea, el cine infantil por lo general difunde esa clásica fantasía de felicidad eterna.