Aunque nadie sabe a ciencia cierta el nombre del perro, los que lo conocen le dicen Boby. El animal vivió toda su vida con su dueño y cuando este murió lo acompañó hasta el cementerio y se quedó ahí esperando volver a verlo.

La emotiva historia, que logra sacarle lágrimas a a los empleados del cementerio, llegó a la prensa internacional ya que hace 3 años que perro se pasa el día sobre la tumba de su dueño.