La entrevista transcurría dentro de los cánones entendibles ante la situación complicada de salud de Esteban Bullrich, quien demuestra una gran fortaleza de ánimo para no caerse y seguir mandando un mensaje a la sociedad, sobre un tema como las enfermedades terminales, donde no hay fisuras ideológicas.

Como el entrevistado debía escribir sus palabras por la dificultad que tiene en el habla, Jonatan Viale pretendía llenar el silencio con chascarrillos, palabras de admiración, suspiros, y hasta se lanzó con una pretendida humorada al querer anticipar lo que aparecía en la pantalla.