Las causas aun no fueron determinadas pero las imágenes son claras: hay una premeditación por asesinar a la mujer por parte del agresor que no intenta huir después de cometer el hecho sino que se arrodilla con las manos en la cabeza para entregarse a la policía.

La buena noticia es que la mujer tuvo la fortuna de quedar en el hueco entre las vías por lo que la formación le pasó por encima pero sin hacerle daño.