Si la situación está mala por lo menos nos queda el humor para poder soltar una carcajada. Eso es lo que nos propone Guille Aquino que vuelve a sorprendernos con una vuelta de tuerca más desnudando con crudeza los problemas habitacionales de los inquilinos que sufren los estragos de una inflación galopante, y la situación de aquellos que viven en situación de calle.