Las personas que se encontraban en el Aeropuerto Internacional Palm Springs, en California, fueron testigos de una maniobra arriesgada pero perfecta por parte de un piloto que logró evitar lo que podría haber sido un inminente accidente.

El jet privado, que, además del piloto, trasportaba un pasajero, logró el descenso con el tren de aterrizaje sin desplegar, aterrizando así sobre la ‘panza’ de la pequeña aeronave, sin mayores inconvenientes.

Equipos de bomberos y otros servicios de rescate estaban preparados en la pista para atender al avión y las consecuencias peligrosas de su aterrizaje, aunque afortunadamente ni el piloto ni el pasajero resultaron heridos.