Al ver que al llegar del trabajo se encontraba con la heladera abierta, una mujer colocó una cámara oculta para ver lo que realmente pasaba, hasta que finalmente descubrió que su perro Sam era el culpable.


Pero lo que más llamó la atención fue la inteligencia de sus movimientos a la hora de lograr su cometido. Delicadeza, equilibrio y dedicación.