En la región de Kémerovo, en Siberia, en el marco de una expedición rusa, fue descubierto un esqueleto bien preservado de un dinosaurio de aproximadamente 120 millones años de antigüedad.


Según los científicos, pertenece a un lagarto loro -un psittacosaurus-, un bípedo herbívoro con un alto y poderoso cuerno en la mandíbula superior. El fósil, descubierto a unos 2,5 metros de profundidad, es de unos dos metros de largo.


Los especialistas comentaron a la cadena rusa Vesti que ahora su tarea será extraer el esqueleto sin dañarlo. Para conseguirlo, extraerán el fósil junto con el suelo que lo rodea, lo fijarán todo con una carcasa y transportarán la pieza al museo. Solo después de que llegue allí, intentarán separar el esqueleto del suelo.