El camino se conoce como Angeles Crest, en Estados Unidos: el conductor entra a un túnel donde se anima a pisar el acelerador, sin tener en cuenta que le es imposible ver la próxima curva.

El exceso de confianza lo obliga a una maniobra brusca, pero sin sentido. La frenada fue inútil y el coche siguió de largo hacia abajo, por el barranco, luego de derrapar.