Un turista que realizó un safari en el delta de Okavango, Botsuana, tuvo un encuentro inesperado con un leopardo que se acercó al vehículo para explorar lo que había adentro.

El gigantesco felino se interesó particularmente por el zapato del turista y apoyó sus garras afiladas sobre su pierna, lo que le provocó una pequeña herida. “No te muevas, no te mueves”, fueron las órdenes del guía.

Cuando la tensión fue creciendo cada vez más, el conductor, que percibió el riesgo, encendió el motor para asustar al animal.

“Increíblemente no estaba asustado, parecía un gato grande”, dijo el turista en declaraciones al New York Post.