Cuando la situación es repetida y los protagonistas son varios, es más difícil sostener el silencio. La verdad se empieza a filtrar y lo que era un secreto a voces se empieza a decir en voz alta.

A Antonio Laje por muchos años le toleraron una conducta que era habitual en los medios de comunicación, donde el maltrato, la humillación y el acoso eran prácticas corrientes.

Pero los tiempos cambiaron y ya no se callan más las víctimas que encuentran en la sociedad el respaldo para sus denuncias.

Alejandro Bercovich se metió en las denuncias contra Antonio Laje y fue más allá, al analizar su descargo y desmintiendo varios de sus puntos.