Como sucede en varias instituciones educativas a partir de las decisiones del Gobierno de Cambiemos, una reconocida escuela de educación artística de la Ciudad de Buenos Aires se encuentra atravesando graves conflictos y por eso le reclaman a la gestión macrista.

La institución conocida popularmente como ‘La Belgrano’, ubicada en el barrio porteño de Barracas, permanece sin luz ni agua desde hace una semana, y a través de un comunicado, denunció un “apagón educativo macrista”.

“Lo que no se modifica es la desidia de los funcionarios que desde hace una semana hacen oídos sordos a los reclamos de una comunidad educativa movilizada como a lo largo de su historia”, expresaron en el documento desde la escuela.

Por su parte, la institución también mencionó que “el ajuste del gobierno macrista está impactando sensiblemente en la matrícula como no se recuerda en mucho tiempo, dado el aumento del boleto de transporte, las subas desmedidas de los servicios esenciales como el agua, la energía y el gas”.

“La comunidad educativa está unida y está dispuesta a salir indemne de este nuevo atentado contra la educación”, advirtieron desde ‘La Belgrano’.

El comunicado completo:

"Apagón educativo macrista: La Belgrano sin luz y sin agua hace una semana

La “Belgrano” como se la conoce popularmente es una escuela de educación artística sita en Wenceslao Villafañe 1342 en pleno corazón del porteño barrio de Barracas. Funciona en los tres turnos y recibe estudiantes del nivel secundario y del nivel terciario que estudian para ser futuros docentes.

La institución es la continuidad de la escuela de Dibujo pensada por Manuel Belgrano en las memorias del Consulado, donde desempeñaba el cargo de Secretario, en el año 1796 y abierta tres años después en las postrimerías del siglo XVIII. La misma no cumplió el año de vida y fue cerrada por temas presupuestarios. Toda una profecía que marca un indudable paralelismo con los tiempos que corren donde la palabra ajuste ha vuelto a ponerse de modo como en otros momentos pesarosos para los sectores populares.

Desde la perspectiva de su fundador la institución debía contribuir al incipiente desarrollo industrial dado que:

 "Los buenos principios los adquirirá el artista en una escuela de dibujo que, sin duda es el alma de las artes. Algunos creen inútil este conocimiento; pero es tan necesario que todo menestral lo necesita para perfeccionarse en su oficio; el carpintero, cantero, bordador, sastre, herrero y hasta los zapateros no podrán cortar unos zapatos sin el ajuste y perfección de vida, si no saben dibujar. Aún se extienden a más que [a] los artistas, los beneficios que resultan de una escuela de dibujo; sin este conocimiento los filósofos principiantes, no entenderán los Planisferios de las esferas celeste y terrestre, ni los armilares que se ponen para [estudiar] el movimiento de la tierra, y [de]más planetas en sus respectivos sistemas: y por consiguiente, los dueños de las máquinas eléctricas y neumáticas y otros muchos que se ponen ya en sus libros."

El concepto de la utilidad de una escuela de artes difiere en diversos momentos históricos tal como vimos en los fundamentos de Belgrano. Lo que no se modifica es la desidia de los funcionarios que desde hace una semana hacen oídos sordos a los reclamos de una comunidad educativa movilizada como a lo largo de su historia. Esa que sobrevivió a diversas mudanzas edilicias hasta que se asentó en la actual, antigua sede de la Editorial Peuser.

Por la institución han pasado referentes de la cultura como Sara Facio, Antonio Berni, uno de nuestros Premio Nobel de la Paz, Rodolfo  Pérez Esquivel, Aída Carballo, Ari Brizzi, Antonio Pujía, María Elena Walsh, Julio Le Parc, Aurelio Macchi, Marta Minujín y Luis Alberto Spineta.

Seguramente existan nuevas figuras que contribuirán al quehacer artístico y cultural de nuestra sociedad. Sobreponerse a las adversidades y a la indiferencia de los burócratas de turno es parte del ADN de nuestra escuela. Si bien el ajuste del gobierno macrista está impactando sensiblemente en nuestra matrícula como no se recuerda en mucho tiempo, dado el aumento del boleto de transporte, las subas desmedidas de los servicios esenciales como el agua, la energía y el gas, la comunidad educativa está unida y está dispuesta a salir indemne de este nuevo atentado contra la educación. Ese es nuestro deber como educadores y estudiantes que creemos que sólo un decidido fomento de la educación pública construirá un país más justo y solidario. Como lo pensó Belgrano en 1796."