La novela "Una barrera viva", de la escritora Dorit Rabinyan, que cuenta las desventuras de Liat, israelí, y Jilmi, palestino, los dos héroes de una historia ficticia que fue prohibida conmueve los cimientos de la identidad israelí.

La decisión de la prohibición de la novela por parte del ministro de Educación, Naftali Bennet, líder del partido nacionalista religioso Hogar Judío, y aliado del primer ministro Benjamín Netanyahau, generó una ola de protesta que hasta colapsó las redes sociales.

"El acto agresivo e innecesario de censurar un libro basándose en una interpretación lineal de su contenido es otro ladrillo del muro del miedo, la segregación y la cerrazón que está levantando el gobierno de Netanyahu", sostuvo Isaac Herzog, el jefe de la oposición.

"He comprado hoy varios libros. Creo que es el libro que un día como hoy hay que entregar a los alumnos y alumnas", escribió en su página de Facebook el jefe de la oposición y líder laborista, Isaac Herzog, instando a la población a comprarlo.

Por su parte, muchos actores, publicistas, escritores e intelectuales así como políticos y educadores, alzaron su voz contra el boicot que el ministerio ha impuesto a la novela de Rabinyan.

Ganadora de varios premios locales, este último libro había pasado casi desapercibido hasta que numerosos profesores de literatura hebrea pidieron al ministerio incluirlo en la lista de recomendados para los niveles avanzados de la secundaria.

Y como era de esperarse, las principales librerías hicieron peticiones públicas a la editorial "Am Oved" para que les suministre más ejemplares, ya que luego de la prohibición, llegó la descontrolada demanda.