La NASA envió en 2006 al Observatorio de Relaciones Terrestres (STEREO), para estudiar cómo afecta el flujo de la energía y la materia solar en la Tierra y detectaron una erupción el día 23 de enero.

La NASA explicó que este fenómeno ya ocurrió otras veces pero nunca logró dañar a la tierra. La erupción puede enviar partículas solares y alcanzar la Tierra hasta tres días después provocando una "tormenta geomagnética".

Aún así, recomiendan estar pendientes de la información del centro de meteorología espacial de la Administración Nacional de Océanos y Atmósfera (NOAA) de EE.UU.

Por otro lado, un telescopio envidado en el 2012 para estudiar la corona del sol, acaba de descubrir cómo se acumula y libera energía gracias a que pudo captar los filos de plasma magnéticos en las capas exteriores del Sol, que supone la primera evidencia clara de la transferencia de energía del campo magnético del Sol a su corona, algo que hasta ahora era sólo teoría.