El primero de enero a las 6 de la mañana una chica de 15 años se despide de una amiga y camina unas cuadras. En la intersección de la calle 419 y 15, siete jóvenes la atacan. Mientras algunos la abordaron y la inmovilizaron, otros abusaron de ella.

Según la descripción se trató de un plan organizado ya que las siete personas tenían los rostros tapados. La adolescente le contó lo sucedido a un adulto que vive con ella y fueron a hacer la denuncia.

Allí relató el ataque sexual. La denuncia fue realizada en la comisaria, intervino un fiscal y hubo pericias médicas que confirmaron, al menos, las lastimaduras en el cuello. La jóven desistió de continuar el proceso judicial aparentemente por miedo a represalias.

La legislación actual no protege a la víctima y cuando el denunciante no quiere continuar el proceso penal se cae.