Ocurrió en un zoológico en China, donde un visitante alertó a las autoridades de la ciudad de Luohe, en el centro del país, por ver mastines tibetanos que hacías pasar por leones africanos. El engaño se descubrió cuando los fingidos felinos empezaron a ladrar.


Un empleado explicó que los leones habían sido enviados a otro zoológico para que se aparearan, mientras que otro justificó la presencia de los mastines argumentando que los canes se criaban junto a los leones.


Resultó que el zoo no tenía licencia para funcionar como tal, ni tampoco para cobrar por visitar sus instalaciones, que se ubican en el parque central de Luohe. El administrador del parque, Yu Hua, indicó en los medios locales que el zoológico está siendo operado por una empresa privada cuyos ingresos alcanzan solo para pagar los salarios de los empleados.