Wado de Pedro no sólo no oculta su tartamudez sino que la milita y ayuda a muchas personas con condiciones similares.

Muchas veces sin saberlo decimos algo que a otra persona le genera un click en la cabeza.

Este es justamente el caso y el hombre se cruzó a Wado en la misa y no pudo más que agradecerle por sus palabras. 

Este hombre, cuyo nombre no trascendió, también tiene problemas con el habla pero cuando escuchó a Wado decir que cuando era chico pedía los gustos de helado que le salían de corrido en lugar de los que quería hasta que enfrentó el problema y se dio cuenta que era un tema del otro el ser paciente y tratar de entenderlo a este hombre se la abrió la cabeza y empezó a hablar sin trabarse tanto. O al menos sin importarle tanto lo que piensen los otros.