Un cabo de la Gendarmería Nacional protagonizó un escándalo en la mañana del 1° de enero y obligó a la intervención de varios móviles policiales cuando al llegar a su casa se equivocó de vivienda e intentó ingresar a otra del mismo barrio.

Todo se produjo alrededor de las 8 cuando el cabo, cuyas iniciales fueron identificadas por la Policía como S.O. llegó en evidente estado de ebriedad, informó El Tribuno.

Cuando los moradores lo vieron intentando ingresar a la vivienda del barrio Picapiedra, en cercanías de la calle Necochea y Ruta Nacional 34, llamaron a la policía. Inmediatamente un grupo de efectivos se hizo presente en el lugar y al acercarse al cabo que estaba de civil, éste los recibió con insultos, amenazas e intento de agresiones físicas.

"Fuera de aquí, no se me acerquen, no saben con quien están tratando, los voy a hacer echar a todos", les gritaba el gendarme.

Los policías trataban de explicarle que esa no era su casa y que debía retirarse, pero en lugar de calmarse se ponía más violento. Cuando un policía intentó detenerlo, el cabo de Gendarmería salió corriendo pero la fuga no se extendió por más de unos metros ya que apenas si podía mantenerse en pie.

Los policías lo cargaron en el móvil donde no dejó de gritar e insultar y lo trasladaron hasta la Comisaría Nº 42.

Por solidaridad con la otra fuerza decidieron llamar al Escuadrón 52 de Gendarmería Nacional por lo que un oficial se hizo presente. Pero el cabo no reconocía superioridad ni cadena de mandos por lo que arremetió contra su superior con insultos y epítetos.

Finalmente, el oficial de Gendarmería se hizo cargo del hombre que fue trasladado hacia el Escuadrón 52 donde quedó demorado hasta tanto recobrase la cordura que había perdido a causa de los festejos de Fin de Año.