El 12 de abril de 1997 Teresa Rodríguez fue asesinada durante el desalojo de un piquete en el puente de acceso a Plaza Huincul en Neuquén. A partir de los hechos la jueza de la causa solicitó a un grupo de científicos del Centro Atómico de Bariloche un estudio sobre el video y las fotos de la represión.

Entre ellos se encontraba el físico forense del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas -CONICET- Rodolfo “Willy” Pregliasco, quien se encargó de analizar los audios recogidos en el lugar intentando dilucidar de dónde provenían los 17 disparos que mataron a Rodríguez. Para ello, diseñó un ingenioso método artesanal que consistió en una caña a la cual le ataron un petardo que a su vez colgaba a mitad de altura de un piolín. El pedal de un triciclo funcionó como plomada, mientras que una cruz en el piso sirvió como blanco para disparar la pirotecnia. Luego, hizo estallar petardos en diferentes puntos ubicados a lo largo del puente donde se había producido la muerte y grabó los sonidos para compararlos con el audio original. De esta manera logró determinar el origen de ocho disparos, incluido el que mató a Rodríguez.

La técnica fue tan útil y novedosa que decidieron publicarla en una revista internacional de ciencia forense. Al poco tiempo la producción de la famosa serie policial estadounidense “CSI Miami” se comunicó con el grupo de trabajo para saber más detalles y así incluir la técnica argenta en uno de sus episodios.

“Fue muy sorpresivo. Y gracioso: lo que a nosotros nos llevó un año de trabajo, en la serie se mostró en tres minutos”, expresó Willy entre risas.

La técnica con la caña no se mostró al igual que lo hicieron en la vida real. “No daba para mostrarla así tal cual. Nuestra técnica era, por así decirlo, demasiado criolla”, concluyó.