Cada día, numerosos turistas acuden a campamentos "especializados en ofrecer paseos en elefantes" que hacen oídos sordos a las críticas  de los ambientalistas ante el estrés que sufren los animales.

El coronel Thawatchau Thepboon, responsable de la policía en la provincia de Chiang Mai, afirmó que los turistas chinos que habían quedado subidos al lomo del descontrolado elefante "están a salvo" tras la corrida.

Luego del momento en que aplastó a su cuidador "al que no conocía" el elefante se alejó hacia la jungla hasta que pudo ser atraído nuevamente por otros cuidadores.

"Los elefantes trabajan todos los días, todos los meses, 365 días sobre 365", explicó Edwin Wiek, miembro de la asociación Wildlife friends of Thailand. Y agregó:  "Si tu tuvieras que hacer lo mismo, también estarías estresado. Pasa lo mismo con los elefantes. En un momento se vuelven locos y nadie puede controlarlos".

En Tailandia, el elefante es considerado un símbolo patrio.  Actualmente hay unos 4.000 ejemplares domesticados y unos 2.500 en libertad, según la ONG Traffick.