Su nombre es Danny, de apenas cuatro meses de edad y hasta hace poco sus cataratas no le permitían correr y jugar al igual que los demás cachorros. Pero gracias a una innovadora operación y a la donación de miles de personas, Danny pudo ver por primera vez.


Sus dueños, Brett Franco y su esposa, lo encontraron en las calles de Austin, Texas y según explicaron, "se golpeaba contra las paredes permanentemente".


La organización Austin Humane Society cubrió todos los gastos y el cachorro, minutos después de la operación, ya estaba listo para jugar. “Puedes darte cuenta de que están viendo por primera vez”, dijo Lynsey Wagner, la doctora que operó a Danny.


La historia se difundió rápidamente y conmovió tanto al país, que se recibieron donaciones de todas partes, y ya a las pocas horas tenían el dinero para llevar a cabo la operación. La cantidad de plata que se recaudó fue tan generosa que la Austin Humane Society podrá repetir lo que hizo con Danny y darles una segunda oportunidad a más perros convalecientes.