"Es una empresa estatal. Debería haber un compromiso de protección con las personas vulneradas”, explicó a Cosecha Roja Mónica Schlotthauer, delegada ferroviaria del Tren Sarmiento y legisladora bonaerense por el Frente De Izquierda.

Gisella, quien trabaja en la limpieza de la estación Moreno, comenzó a faltar tras separarse de su ex pareja. Él llegaba de madrugada hasta la casa en la que ella vivía con sus hijos, se metía por la fuerza, la amenazaba y le pegaba. Una noche llegó con algunos amigos y ella quedó en la calle con los cuatro chicos y tuvieron que dormir en la casa de una amiga.

Ella no se animaba a denunciarlo pero en mayo de 2017 presentó la denuncia por usurpación y violencia de género. La Justicia le dictó una medida de restricción que venció al poco tiempo. Él siguió visitándola por las noches. Y ella siguió acumulando faltas en el trabajo, donde presentaba la documentación. 

“Tiene que mantener sola a los cuatro chicos y no tiene apoyo familiar”, contó Schlotthauer. En los últimos meses, además, Gisella comenzó a tener ataques de pánico.

Hace un mes recibió una notificación. Ya tenía tres suspensiones por faltas injustificadas. Si faltaba una vez más, la despedirían. La semana pasada se enfermó y no fue a trabajar. Llevó un certificado médico, pero la constancia no decía que debía hacer reposo.

Tras el despido, Gisella siguió yendo a trabajar por recomendación de los delegados. “Como muchas mujeres trabajadoras de nuestro país, ella sufre no sólo la violencia machista de parte de su ex pareja sino que a eso ahora se le suma el maltrato patronal”, denunciaron los delegados de La Bordó. El viernes 9 de febrero, los trabajadores concentrarán a las 11 y a las 14 en el anden de Castelar para exigir a la empresa su reincorporación.

Fuente: Cosecha Roja.