Pasaron 30 días de la resolución de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), que recomendó la detención domiciliaria de Milagro Sala para proteger su integridad. Sin embargo, la líder Tupac Amaru sigue detenida en la Unidad Penitenciaria 3 del Alto Comedero de Jujuy, cuando también se cumplió una semana de la finalización de los trabajos de acondicionamiento, otra demora que tejió la coordinación entre la Justicia y el Gobierno de Gerardo Morales.

La casa del barrio El Carmen -que no es el domicilio legal de Milagro- quedó lista gracias al trabajo contrarreloj de integrantes de la organización Tupac Amaru y la campaña de solidaridad lanzada por el Comité por la Libertad de Milagro, ya que el lugar había sido completamente saqueado.

Mientras el gobierno de Jujuy sigue sin cumplir con el traslado de Sala, todo parece indicar que se trata de un otorgamiento de tiempo extra, para que las fuerzas de seguridad de la provincia instalen un desproporcionado operativo de seguridad alrededor de la casa y el predio.

Las autoridades exigieron un sistema de cámaras de seguridad para cubrir 360 grados las 24 horas, iluminación, alambrados perimetrales para reforzar muros y dos tobilleras electrónicas de distintas compañías telefónicas, por si una llega a fallar, según informaron medios locales.

Sala podrá recibir visitas martes, jueves y sábados, de 7 a 19, no más de cuatro personas a la vez. La custodia permanente en el lugar la hará Gendarmería Nacional, con quince agentes, y la policía provincial colaborará con presencia en los alrededores. Ni los genocidas condenados por delitos de lesa humanidad son tratados así.