Kitty Mansfield, una terapeuta especializada en abrazos profesionales, instalada en la costa este de Kent, en Gran Bretaña, cobra 200 dólares a sus clientes tan sólo por el hecho de estrecharlos entre sus brazos, ya que los abrazos promueven beneficios fisiológicos y psicológicos.


La doctora asegura, citando investigaciones científicas respetadas, que los abrazos liberan oxitocina, una hormona que motiva el bienestar y que ayuda a crear una sensación de felicidad y confort. Además, afirma que el contacto físico con otras personas puede reducir la presión arterial y el estrés.


El manual patentado escrito por Mansfield, que se titula “Cuddle Sutra”, está lleno de descripciones detalladas e ilustraciones para ayudar al paciente a decidir exactamente cómo le gustaría ser abrazado.


Los precios van desde 70 dólares por “un abrazo individual” hasta los 200 dólares por “un abrazo estereofónico” de 90 minutos.