"Empezó cuando tenía 4 años más o menos, con algo tan inocente como es un oso de peluche. Él tenía un gorila de peluche y yo una osita y me decía que eran novios y que él me iba a enseñar cómo había que jugar. Chicho se llamaba el gorila y Corazón mi osita. Era chiquita pero me acuerdo", así inicia Micaela el estremecedor relato. 

Decidió crear un grupo de Facebook llamado "Por una infancia sin dolor" para compartir con otras víctimas sus historias y ayudar a tomar conciencia a madres, padres, familia y a los propios abusados. 

Y publicó: "Papá, que leés todo lo que publico acá, espero que también las esto. Vos y tu abogado merecen caer en el mismo infierno. Ojalá que no puedas dormir ni hoy ni nunca en paz, acordate de mi voz infantil diciéndote que me dejaras en paz. Ojalá te espante el sueño".

En diálogo con Crónica, Micaela contó: "Yo tengo un hermanito de 7 años y mi mamá no trabaja, ella no quiere que él vaya preso, supongo que para no perder la plata que nos da de alimentos. Mi madre supo de los abusos cuando ya era tarde".