Su hermanito le donó la médula y le salvó la vida
El niño de cuatro años que padecía leucemia infantil, salvó su vida gracias a un trasplante de médula ósea de su hermano menor -de sólo tres años-, realizado en el Hospital de Niños Sor María Ludovica, de la ciudad de La Plata.
La historia había conmocionado a los ciudadanos de Laprida, en la provincia de Buenos Aires, de donde es oriunda la familia de Faustino Cascallares.
El niño de cuatro años padecía leucemia infantil, pero salvó su vida gracias a un trasplante de médula ósea tras una ablación practicada a su hermano menor -de sólo tres años-, realizado en el Hospital de Niños Sor María Ludovica, de la ciudad de La Plata.
"Nos llamaron los médicos para ver si queríamos hacer un trasplante. Significaba la curación de Faustino. Entonces, le explicamos a Benjamín que se iba a internar para curar a su hermano. Estaba contento. No podés llevarlo con mentiras. Gracias a Benjamín y al trabajo de los médicos, la intervención le permitió a Faustino salir adelante de su leucemia. Y evoluciona muy bien. Es una bendición: mis hijos ahora hacen una vida normal, y Faustino ya pudo dejar el hospital sin utilizar el barbijo", explicó la madre de los niños, Mariana Torriani.
Así, Faustino Cascallares se convirtió así en uno de los 209 niños trasplantados de médula ósea en el sistema de salud pública bonaerense y en uno de los cien que lo hicieron con un donante que es familiar.
Según los especialistas en la materia, la leucemia representa el 50% de los cánceres en la infancia. Tres de cada cuatro niños menores de 15 años por cada 100 mil desarrollarán un tipo agudo de leucemia.
Hasta hace unos años, los casos que no lograban curarse con quimioterapia eran derivados para trasplantes en el exterior.
Actualmente, se hacen en la provincia de Buenos Aires merced al sistema provincial de salud pública.
"Aproximadamente, el 75% de las leucemias linfoblásticas y el 40% de la leucemias mieloblásticas andan muy bien sin necesidad de un trasplante", explicó Alcira Fynn, médica del hospital pediátrico platense, y resaltó que "el trasplante se reserva para los casos en que fracasa la quimioterapia de primera línea".
En el caso de Faustino, el trasplante se llevó a cabo para lograr una cura definitiva.
Faustino, que ya cumplió los 5 años, sufría una leucemia linfoblástica aguda, y el equipo médico del hospital decidió que, al tener un hermanito probablemente compatible, lo mejor era apostar por un trasplante para evitar una recaída en el futuro.
El revolucionario procedimiento consiste en la colocación de una prótesis valvular a través de una mínima incisión lateral desde donde se accede al apical, el extremo del corazón, y el posterior implante de la nueva válvula desde el interior de las arterias.
El reemplazo valvular fue llevado a cabo sin necesidad de detener el funcionamiento del corazón de los pacientes, quienes fueron dados de alta sin complicaciones.