En casos como este es cuando queda en jaque el sistema jurídico que, sin una mirada de género, hace prácticamente caso omiso a las denuncias de las mujeres que sufren violencia ni tampoco aporta una herramienta de prevención para evitar que la víctima no muera en manos de 'machos' celosos.

Cintia Piccirillo de 34 años fue baleada por su expareja, José Luis Salomón, luego de que el hombre la obligara a los golpes a subirse a su coche a la salida de un boliche de la zona sur: golpes, forcejeos y finalmente un disparo al pecho que podría haber sido mortal.

Según informó Clarín, Piccirillo se encuentra internada en estado grave: "Según el informe médico, el hombre apuntó al corazón a matar. Por la lucha que tuvieron dentro del auto, el movimiento que ella ejecutó le desvía el tiro", contó Miriam, la mamá de Cintia.

El propio Salomón la llevó al hospital El Cruce y avisó a los médicos, para luego darse a la fuga. Este jueves fue detenido y se negó a declarar, mientras que la causa fue caratulada como "tentativa de homicidio agravado".

La mujer había dejado en claro el fin de la pareja hace cuatro meses, pero el hostigamiento de Salomón continuó y Cintia lo denunció, por lo que se dictó una restricción de acercamiento. La reacción de la justicia, como en muchísimos casos, fue insuficiente.