Brisa tiene tres años y dos hermanos gemelos de siete, Elías y Tobías. Los tres ahora viven con su tía Cintia y sus tres primos en Moreno luego de que hallaran el cuerpo de Daiana Barrionuevo adentro de una bolsa en un arroyo tras 20 días de búsqueda.

Su papá Iván Domínguez fue quien denunció la ausencia de Daiana. Declaró que había abandonado el hogar para escapar con su amante pero está preso acusado de homicidio agravado por el vínculo.

El tema es que Brisa es una de las 1.617 menores de edad que quedaron sin madre entre el 2008 y el 2015 por hombres violentos y femicidas. Su nombre encabeza y denomina un proyecto de ley de "reparación económica para niños, niñas y adolescentes víctimas colaterales de femicidio". En la mayoría de los casos, además, el padre está preso o investigado por violencia de género. 

El anteproyecto fue presentado la semana pasada en la mesa de entradas del Senado, Ada Rico, presidenta de la Asociación Civil La Casa del Encuentro, es la impulsora de la iniciativa junto a los legisladores Juan Manuel Abal Medina (FpV), Jaime Linares (GEN) y Alfredo Martínez (UCR).

"El Estado debe reconocer su responsabilidad en estos casos y devolverle a estos chicos algo de calidad de vida. Por eso el proyecto contempla que se les otorgue el equivalente a una jubilación mínima con todos los aumentos legales que correspondan y una cobertura integral de salud a aquellos niños que no la tuvieran", explicó Rico.

"Pedimos que el Estado, que no pudo evitar ni prevenir el femicidio de las madres de esos niños, garantice los derechos básicos que deben ser cubiertos para que no dependan de los recursos de las personas que están a su cargo", remarcó.

Aún así, hay una salvedad respecto a este tema: "Por ningún motivo la reparación puede ser percibida por el progenitor u otra persona que haya sido imputada, procesada o condenada como autora, coautora, instigadora o cómplice del delito de homicidio cometido contra la progenitora de las niñas, niños y adolescentes que resulten destinatarios de la prestación".

En siete años, hubo 2094 femicidios y 1617 menores quedaron huérfanos de madre.Tras el femicidio, Brisa y sus hermanos fueron albergados por su abuelo Osvaldo Barrionuevo, el papá de Daiana. Hacía un tiempo que su esposa había muerto por una enfermedad. Sumado a la lucha para que se haga justicia por su hija, el hombre salió a pedir por los medios, el barrio y al Estado ayuda económica para criar a sus nietos. "Me está ayudando muchísimo mi familia y la gente de minoridad de Moreno. Vamos a salir adelante", manifestó al Diario Popular en marzo pasado.
 

Fuente: Infonews.