Es un chiste, y está bueno, pero además encierra una verdad. Porque ahora que se descubrió el manejo del periodista deportivo para conseguir canjes -primero solicitarlos y si no se los dan escracharlos en las redes- quedan expuestas aquellas marcas que accedieron.

Alberto Samid es de los que les gusta cruzarse con todos, sin mirar demasiado a quién. Pero Martín Liberman en este momento es la presa fácil porque quedó tan expuesto que parece difícil que se pueda sacar de encima el mote de ‘rata’.