El auto Toyota Corolla todavía estaba en marcha sobre la avenida Costanera Rafael Obligado al 7000, justa e irónicamenta a metros del Parque de la Memoria construido a la vera del río. 

En su interior yacía un hombre muerto, con un disparo en la cabeza y a su lado un arma de fuego. Se trataba de Oscar Hermelo, de 60 años, acusado por violaciones a los Derechos Humanos durante la última Dictadura Cívico Militar. 

Hermelo se desempañaba como fiscal de ejecución penal y tenía una especie de "consecionaria" dentro de la ex ESMA: se apropiaba de los vehículos de los secuestrados y los vendía para generar ingresos. Pero, además, tenía decisión sobre la vida o la muerte de los desaparecidos. 

En el lugar de su muerte trabajaron efectivos de la comisaría 13 A de la Policía de la Ciudad y ahora la investigación reside en la Fiscalía Saavedra Núñez a cargo de José María Campagnoli.