Es esa confusión que tiene la mirada policial del asunto, esa interpretación de sacar "dosis" de las calles para que no les lleguen a "tus hijos", la que evidencia la falta de un plan integral con el verdadero objetivo de solucionar el problema del narcotráfico. La política de la lucha "palo por palo" no hace otra cosa que generar muertes de inocentes, de policías, de civiles, de los eslabones más débiles en la cadena de la mafia que administra el negocio de las drogas ilegales.

La semana pasada, el nuevo gobierno mexicano del electo presidente Andrés Manuel López Obrador, elevó al Congreso un proyecto de ley que regula la producción, la venta y el consumo de cannabis. En la presentación, la secretaria de Gobernación que entrará en funciones, Olga Sánchez Cordero explicó que el principal objetivo es contrarrestar la fallida política de violencia policial aplicada en la última década contra los cárteles de la droga, con cifras espeluznantes.

A pesar de que los países que más sufrieron las pésimas consecuencias de este tipo de políticas, comienzan a reconocer el error en su planteamiento de una "guerra contra el narco", la gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal no hace más que avalar el discurso violento del enfrentamiento, y que no detendrá la cuestión, sino todo lo contrario: potenciará y recrudecerá la persecución que se lleva millones en presupuesto oficial y que, como en México, multiplicará cifras de seres humanos fallecidos en pos de acumular "dosis" eliminadas.  

El secretario de Seguridad, Eugenio Burzaco, le dijo a Infobae en marzo de este año que "los datos recientes de la SEDRONAR nos marcan que los niveles de prevalencia de consumo de drogas, fue aumentando en los últimos diez o doce años. En cocaína estamos entre los países de mayor consumo por cantidad de habitantes, y con respecto la marihuana, salvo Chile, somos el país más importante de la región".

"Para que la droga no llegue a tus hijos" fue uno de los lemas con los que el expresidente mexicano Felipe Calderón justificó el inicio de aquella "guerra contra el narco" provocando la militarización de ciudades enteras, pero sin cumplir esa primera premisa, ya que a pesar de los esfuerzos la demanda no disminuyó: según las cifras de un informe de El País de España, en México se contabilizó el aumento de 100 mil consumidores solo entre 2008 y 2011.

De acuerdo al mismo informe, con la continuidad de la política violenta durante la adminsitración de Enrique Peña Nieto, los homicidios alcanzaron el récord de 24 muertos cada 100 mil habitantes, habiendo obtenido como mayor logro la detención de Joaquín "El Chapo" Guzmán, jefe del cártel de Sinaloa. Como si fuera poco, la cifra de desaparecidos aumentó a un ritmo de mil por año, mientras organizaciones civiles calculan que hay entre 30 mil y 50 mil tras una década de este tipo de política de "guerra contra el narco".